Es un hecho. Los jóvenes y adultos jóvenes se han convertido en el mercado más amplio y el de mayor rentabilidad en todo el mundo. Y lo seguirán siendo, al menos, durante toda la década que apenas comienza, especialmente para las marcas de consumo y sus espacios de interacción.
Estas generaciones disfrutan, y también sufren, el acceso desmedido a toda la informacion del mundo, desbordada y muy desordenada, que les recuerda constantemente los apremiantes problemas del mundo en el que viven. Hoy, además, son la generación que enfrentará las consecuencias de esta pandemia que no termina y que solo se suma al desastre ecológico y la desestabilización económica que la acompaña. Aunque quienes no comprenden estos dilemas los llaman "la generación de cristal", en realidad es mucho más correcta su propia visión: La Generación de la Resilencia.
Por eso se refugian en el optimismo y el contacto de las redes sociales y también, por lo mismo, son generaciones críticas, cuidadosas con sus hábitos, su gasto y sus elecciones de vida en general, que no dudan en buscar datos duros sobre lo que les interesa, pero están especialmente atentos a los líderes de sus círculos de influencia en el mundo digital, quienes han pasado por alguna circunstancia llamativa y pueden darles consejos prácticos para tomar sus decisiones. Esta opinión informada los hace desconfiar de los mensajes obvios de marca, pero reconocen y valoran cuando las empresas demuestran compromiso genuino a través de acciones concretas. En su mundo, todo tiene un mismo nombre: Información. Por eso necesitan y agradecen los mensajes claros y concisos, esos que pueden identificar rápidamente, evaluar con facilidad y que les aportan datos clave para tomar sus decisiones. Prefieren la franqueza simple y se inclinan por narrativas que pintan panoramas completos, que verdaderamente cuentan historias con las que pueden identificarse.
Además, su consumo de contenidos es constante, fluido y cómodo gracias a la gran diversidad de pantallas, formatos y tipos de interacción que tienen disponibles, desde el teléfono móvil con pantalla táctil hasta los televisores inteligentes con asistentes activados por voz. La optimización en los buscadores y listados digitales les ayudan a encontrar información relevante en segundos y visualizarla con gran riqueza y colorido a través de tecnologías OLED y 5K. Este último trimestre del año de la pandemia es el momento crítico para hacer una revisión a fondo de nuestras marcas y productos con la intención de alinearlos con el nuevo lenguaje de las generaciones digitales: - Logotipos simplificados, fáciles de identificar y que puedan reconstruirse de memoria sin esfuerzo, que tengan buena visibilidad en cualquier plataforma, especialmente redes sociales, y optimizados para alta definición. - Tipografías francas, de fácil lectura, de preferencia con versiones Web Safe. - Paletas de color bien construidas, complementadas y con contrastes bien definidos. - Historias humanas, honestas, conscientes de las circunstancias pero con una visión optimista, que demuestren un interés genuino por la comunidad y por el futuro. - Mensajes claros, bien definidos, en los que la propuesta de valor pueda identificarse sin dudas y conecte con la visión del mundo que tienen estas nuevas generaciones. El mundo busca contenido inteligente, comprometido, informado, digerible, emocional y bien planteado. Las marcas que lo entendieron desde el inicio de esta crisis mundial lideran sus mercados y, también, lideran la opinión en sus comunidades y sus canales.
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